Ian Anderson encontró nuevos horizontes y nuevos temas para incursiones musicales que a veces confundían las expectativas a medida que los fans envejecían y, tal vez, se volvían más serios en su gusto musical. Otro Aqualung, otro Thick As A Brick, se convirtió en un llamamiento repetido a menudo. Pero los relojes son para avanzar, no para retroceder. Entre las incursiones acústicas y orquestales, Anderson todavía visitó el terreno fértil pero traicionero del álbum conceptual y el género del rock progresivo.
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