El éxito de Hundred Miles por parte de los productores de música electrónica Yall —que fue la banda sonora de una campaña de una conocida marca de ropa— hizo que de repente todos los ojos se fijaran en una joven voz con un timbre único, la de Gabriela Richardson. Era el año 2015. Desde entonces ha trabajado intensamente para dar forma a su carrera en solitario, y canción a canción, buscar su propio sonido con los mejores productores. Temas como Don´t Talk to Me y Crime han comenzado a posicionarla como una artista que, a pesar de encontrarse en el terreno efímero del pop electrónico, ha sabido impregnar todo lo que hace con su propio estilo, donde mezcla el hedonismo de la música dance con un toque de melancolía y la actitud de empoderamiento femenino. Su primer EP, Dölma (2019), es el mejor ejemplo al que nos enfrentamos del nacimiento de una estrella con luz propia que apenas ha comenzado a volar.
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